En un mundo en dónde las terapias alternativas emergen ante la multiplicidad de problemas existentes en la vida diaria de quienes lo habitan, nace la musicoterapia, una disciplina o proceso dispuesto a hacer sanar a quienes más lo necesitan.
Un musicoterapeuta no es un profesor de música, por más de que utilice a diversos elementos de ésta para lograr un cambio en el individuo, sino que es una persona especializada en la materia y que ha estudiado para entender a la problemática de un paciente.
Según informa la Asociación Argentina de Musicoterapia, las primeras prácticas de la actividad comenzaron en 1948 de la mano de profesores de Educación Musical que querían utilizar a la música como fomento del desarrollo cognitivo de niños con discapacidad.
Los profesores mencionados, junto a algunos médicos, decidieron crear la Asociación Argentina de Musicoterapia en el año 1966, y posteriormente, la Carrera Universitaria de la disciplina, dictada en primer lugar en la Universidad del Salvador.
El título de grado de la Carrera se adquiere luego de 5 años de estudio y prácticas realizadas en Instituciones de Salud y Educación.
Acá podrás leer:
# ¿Cuáles son los campos de acción de la Musicoterapia?
Esta terapia puede utilizarse para lograr la armonía, estímulo, desarrollo y mejora en la calidad de vida en pacientes con alguna de las siguientes problemáticas:
- Socio-comunitarias
- Trastornos del espectro autista
- Depresión o ansiedad
- Duelos
- Adicciones
- Trastornos generalizados del desarrollo
- Patologías orgánicas y funcionales
- Bulimia y Anorexia
- Salud Mental en primera infancia, adolescencia, adultez y tercera edad
- Cuidados paliativos
- Enfermos de Parkinson o Alzheimer
- Otras enfermedades
Por lo general, el musicoterapeuta trabaja en equipos multidisciplinarios integrados por médicos y psicólogos que también colaboran con la sanación del paciente.
# ¿Cuáles son los beneficios de la Musicoterapia?
- Estimula el desarrollo cognitivo, por lo que aumenta la capacidad de aprendizaje de un individuo, junto con su capacidad de atención. Además, impacta favorablemente sobre la dimensión del lenguaje y la comunicación permitiendo expandirla. Continuando, ayuda en el proceso de razonamiento y desarrolla la memoria.
- A nivel físico permite mantener la musculatura y la movilidad de las articulaciones, a la vez que permite relajar algunos músculos del cuerpo tensionados. También, mejora el nivel de tolerancia al dolor, colabora estimulando los movimientos peristálticos del estómago e intestinos (digestión), impacta sobre el ritmo cardíaco, respiración y presión sanguínea.
- En lo que respecta a la dimensión emocional, la música permite reducir el estrés y la ansiedad, aumentar las interacciones sociales previniendo el aislamiento, expresar emociones reprimidas generando liberación y armonía, refuerza el autoestima y despierta nuestras emociones.
No toda la música es apta para la terapia o el paciente a tratar. Se debe elegir con sumo cuidado la melodía a colocar o interpretar en función del objetivo de la sesión y las necesidades de cada persona. No es casual el gusto por la música.
Un precepto en el que se apoya la musicoterapia es que los individuos elegimos la música que escuchamos en función de lo que necesitamos emocional y corporalmente.
Lo más importante de la musicoterapia es que ésta no es invasiva, y en suma, es indolora. A todos les gusta la música, y por este motivo se llega a resultados rápidos y óptimos con ella. Es difícil negarse a escuchar, componer o simplemente jugar con sonidos.
#¿Cómo trabaja un Licenciado en Musicoterapia?
Puede efectuar la sesión de forma activa o pasiva. La primera, refiere a la acción de invocar al paciente a «hacer música», ya sea tocando un instrumento, elemento, cantando, improvisando, etc. En cambio, la forma pasiva intenta inducir al individuo en estados de relajación en función de la escucha del ritmo, melodía, tono, velocidad, entre otros elementos de la música.
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