Con la reducción de gastos como motivo principal y con el descongestionamiento del tráfico y la protección del medio ambiente como metas añadidas, continúa avanzando a nivel mundial la tendencia del carpooling, es decir, compartir el auto con quienes estén dispuestos a hacerlo y deseen alcanzar los objetivos de la tendencia.
Este mecanismo nació en Estados Unidos en la década del ’70 y tuvo como impulsoras a las madres que compartían vehículos para llevar a sus hijos al colegio en plena época de crisis económica. Cuatro décadas y media después, el carpooling sigue teniendo sus adeptos.
Este tipo de transporte compartido le dio origen, por ejemplo, a un negocio que los argentinos actualmente conocemos y mucho: Uber, la red de autos particulares que funcionan a modo de taxi a través de una aplicación para el celular y que tantas críticas está recibiendo por su supuesta ilegalidad por temas impositivos.
En este contexto, en nuestro país esta modalidad está creciendo cada vez más como lo ha hecho en muchas otras regiones a nivel mundial.
Tal es el apoyo mundial al cese de la utilización evitable de vehículos a combustión que algunas empresas como la española JAE dan incentivos a sus trabajadores por reducir el uso del auto. Si los empleados de la compañía van a trabajar en bicicleta sumarán 10 minutos de vacaciones por día; si llegan carpooleando, suman 6 minutos por día. En conclusión: si son ecológicos, los empleados pueden recibir hasta una semana más de vacaciones por año.
Argentina, pendiente cada vez más de este tipo de movidas verdes por la gran contaminación que se detecta en las muchas grandes ciudades que hay, también se va sumando de a poco al fenómeno del carpooling.
Los sitios carpoolear.com.ar y coviajero.com.ar, por ejemplo, te muestran todas las opciones de destinos que hay disponibles por día, con sus horarios pactados y con información sobre el conductor. Como muchos otros portales de ventas de servicios, cuentan con un sistema de puntuaciones para que conozcas en cierta medida los antecedentes de tu posible chofer.
En cuanto a los costos, en general lo decide el dueño del vehículo. Se recomienda en general que los pasajeros se dividan el costo del combustible y el propietario pague el seguro del auto más el gasto del servicio web además de prestar el auto y soportar el desgaste del mismo.
En una clara muestra del interés por estas iniciativas, en 2015 una legisladora de Buenos Aires presentó un proyecto para que los rodados que circulen por autopista con tres personas o más a bordo, no paguen peajes. Esta medida rige en algunas partes del mundo, como en la capital de Estados Unidos.
Razones como los grandes caos de tráfico, las demoras para llegar o volver del trabajo, los aumentos constantes en los precios del combustible, hacen que compartir el auto sea una decisión cada vez más tomada entre conocidos o no.
Y vos, ¿hiciste carpooling alguna vez? ¿Pusiste tu auto o fuiste acompañante? ¿Qué podés aportar de tu experiencia? Comentá para que todos nuestros lectores estén al tanto de esta nueva tendencia cada vez más desarrollada.